Tierra y Mate ofrece una experiencia vivencial con nuestra bebida nacional, a sólo 45 minutos de la ciudad de Iguazú. La Lorenza y las otras chacras vecinas conservan una breve muestra de la riqueza de la Selva Atlántica.
La propiedad se encuentra sobre el Río Paraná, rodeada de selva, en una zona de chacras habitadas por familias locales que viven de lo que cultivan. Ideal para amantes de la naturaleza, observadores de aves en busca de un momento relajado, ávidos fotógrafos, o simplemente para aquellos que quieran vivir una experiencia de selva diferente.
La excursión Tierra y Mate
Esta es una invitación a afinar nuestros sentidos a través de una caminata interpretativa por la selva. Es una experiencia multi-sensorial e nformativa, conducida por un guía experto. Como parte del recorrido visitaremos una típica casita misionera en donde partiendo de la planta de la yerba mate aprenderemos a hacer, con fuego y machete de por medio, nuestra propia infusión. De esta forma acompañaremos el viaje de la planta hasta su recipiente y compartiremos algo de su historia: los Guaraníes, la influencia de los Jesuitas y la producción de la yerba mate hoy.
Tendremos la posibilidad de degustar una interesante versión de esta bebida nacional. Nuestra visita terminará en un deck privilegiado con vista a los extensos campos paraguayos y al río Paraná, en donde entre todos nos podremos dejar inspirar por leyendas e historias locales.
Esta excursión es de baja dificultad.
Informar con anterioridad por problemas de salud y alergias.
Se recomienda llevar documento de identidad o pasaporte, calzado cerrado, pantalones largos y camisa de manga larga.
En Iguazú Argentina Tours podremos ofrecerle también, otras formas de contacto con la Yerba Mate. Por ejemplo, visitando alguna de las yerbateras que la producen de manera industrial. El proceso, hoy en día, es mucho más complejo que lo que experimentamos en Tierra y Mate. Dependerá de la cantidad de tiempo disponible con la que cuenten.
Vea en nuestra excursión a San Ignacio, ya que muchas de esas yerbateras quedan en el camino entre Iguazú y las Ruinas Jesuíticas